El uso de afrodisíacos tiene una larga historia cultural, con alimentos y sustancias que prometen aumentar el deseo sexual. Aunque en Occidente el chocolate, las ostras y las cerezas se asocian al placer, en otras partes del mundo se consumen ingredientes más exóticos. Sin embargo, la ciencia moderna ha desmentido la efectividad de muchos afrodisíacos tradicionales, afirmando que no tienen un impacto real en el aumento de la libido. Según el andrólogo Mariano Cohen, ingredientes como el ginkgo biloba o la maca no son verdaderos afrodisíacos, ya que no afectan directamente el deseo sexual. Incluso el Viagra, un medicamento popular para tratar la disfunción eréctil, no aumenta el deseo, sino que mejora la capacidad de mantener una erección.
El mito de los afrodisíacos parece estar más vinculado al poder del efecto placebo y al “efecto deseante”, como explica la sexóloga Viviana Wapñarsky. El consumo de ciertos alimentos, por su simbología o sensualidad, puede preparar la mente para un encuentro sexual, pero no necesariamente inducen un deseo físico. Al final, más que el alimento, es el contexto erótico y el juego sensual lo que activa los sentidos y el deseo. Por lo tanto, cualquier alimento, si se usa de manera creativa, puede contribuir a una experiencia más placentera.
Nota al Dr. Mariano Cohen, andrólogo y urólogo.
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