¿Por qué es peligroso aguantarse las ganas de hacer pis? Retener la orina de forma habitual puede tener consecuencias negativas para la salud del sistema urinario. Cuando los riñones producen orina, esta desciende hacia la vejiga, que actúa como un depósito. A medida que la vejiga se llena, envía señales al cerebro para indicar que es momento de vaciarla. Sin embargo, cuando se pospone el acto de orinar, el organismo se adapta a retener mayores cantidades de orina, lo que puede alterar la función normal de la vejiga.
Aguantar las ganas de hacer pis ocasionalmente, por ejemplo, cuando no se tiene acceso a un baño, no suele ser problemático. Sin embargo, hacerlo de manera frecuente puede generar lo que se conoce como “hábito miccional retentivo”. Este hábito puede tener varias consecuencias, como la sobreestimulación de los músculos del suelo pélvico, lo que puede dificultar el inicio de la micción. Además, con el tiempo, la vejiga puede acostumbrarse a almacenar grandes volúmenes de orina, lo que reduce la sensibilidad de los receptores encargados de avisar que es momento de orinar.
Una vejiga alterada en su forma y función puede volverse hiperactiva o, en el largo plazo, hipoactiva. Esto significa que puede ser incapaz de contraerse adecuadamente, lo que provoca micciones incompletas. No vaciar la vejiga por completo aumenta el riesgo de desarrollar infecciones urinarias e incontinencia. También puede producirse una descoordinación entre la contracción del músculo de la vejiga y la relajación del esfínter, lo que se traduce en una expulsión disfuncional de la orina.
Se recomienda orinar entre 6 y 8 veces al día para mantener una vejiga saludable. Es importante no apresurar el proceso y vaciar la vejiga completamente cada vez que surja la necesidad. Si surgen dudas sobre los hábitos miccionales, es aconsejable consultar a un profesional de la salud.
Nota a las Dras. Florencia Colella y María Belén Maza, médicas urólogas.
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